Agua limpia gracias a la energía solar para comunidades indígenas en México
El agua es básica para la supervivencia, pero la falta de acceso a agua potable sigue asolando muchas regiones del mundo. El cambio climático amenaza con exacerbar una situación respecto al agua que no hace más que empeorar. Hoy día se sabe que la sequía causa más muertes y desplaza a más personas que cualquier otro desastre natural. A nivel mundial, la zona afectada por la sequía aumenta cada año.1 Informe Especial del IPCC sobre Cambio Climático y Tierra 2019. Para 2025, se prevé que alrededor de 1800 millones de personas experimenten una escasez absoluta de agua, y 2/3 del mundo vivirá en condiciones de escasez de agua.2 Convención de las Naciones Unidas de lucha contra la desertización
En la península de Yucatán, México, las aldeas indígenas mayas ya se enfrentan a una escasez constante de agua, debido a unas sequías sin precedentes y a los huracanes recientes, que causan estragos en la zona. La Reserva de la Biosfera de Calakmul es Patrimonio Mundial de la UNESCO debido a su biodiversidad natural y a los antiguos centros arqueológicos mayas. Calakmul forma parte de la selva tropical más grande de México y alberga varias aldeas indígenas, así como parte de las especies vegetales y animales más diversas de la región, algunas de las cuales se encuentran en peligro de extinción.
Pero Calakmul lleva desde el año 2000 sufriendo una sequía constante, que está reduciendo drásticamente las fuentes de agua potable. Para empeorar más las cosas, la última temporada de huracanes fue muy intensa, causó amplias inundaciones en las aldeas indígenas de la región y contaminó las reservas de agua de lluvia. Sin acceso a agua limpia, los niños comenzaron a sufrir erupciones cutáneas y diarrea, y los adultos hablaban de sed insaciable y dolores de estómago.
Los niños juegan en el cercano río Santa Rosa, que está demasiado contaminado como para aprovechar su agua como potable.
Se necesitaba desesperadamente una solución. Una organización comenzó a trabajar para abordar el problema del agua en la fuente, con un sistema de filtración alimentado por energía solar que convierte el agua de lluvia en agua limpia y potable para comunidades enteras.
Una solución de ayuda en casos de desastre encuentra un hogar permanente
Infinitum Humanitarian Systems (IHS) es una empresa con fines lucrativos y sede en Seattle que ha desarrollado un avanzado sistema portátil de filtración de agua para áreas de desastre y áreas de difícil acceso como Calakmul. El sistema de Water Aid and Renewable Power (WARP) se diseñó por primera vez para la Fundación Roddenberry después de que el supertifón Haiyan golpeara el sur de Filipinas en 2013. Ahora, esta solución de ayuda en casos de desastre se ha utilizado como sistema permanente de abastecimiento de agua para las aldeas indígenas de Calakmul.
Daniel Ascencio, gerente de IHS para México, con niños de Calakmul, que ahora disfrutan del agua potable purificada de un nuevo sistema WARP
Un sistema de agua sostenible, alimentado por energía solar
Se seleccionaron tres comunidades de Calakmul para el sistema WARP: El Manantial, Manuel Castilla Brito y Ley de Fomento Agropecuario. En un esfuerzo de colaboración entre IHS, la ONG mexicana Fondo para la Paz y los comités de agua de las comunidades, con el apoyo de la Fundación W. K. Kellogg, estos sistemas están suministrando agua potable pura y limpia a más de 1500 personas en la región.
Totalmente autónomo en un contenedor de transporte intermodal, cada sistema WARP funciona con un sistema de energía solar inteligente diseñado en colaboración con BMS Mobile Power y Lincoln Labs del MIT. El sistema cuenta con ocho paneles solares SunPower Maxeon de 110 W, que proporcionan suficiente energía para bombear agua desde una cisterna cercana y hacer funcionar el sistema de filtración de agua fuera de la red.
Alex Hatoum (derecha), director general de IHS y una compañera instalan paneles solares flexibles sobre la cubierta de un nuevo sistema WARP.
El sistema WARP2 utiliza nanomateriales de vanguardia que eliminan los contaminantes más peligrosos del agua, como bacterias, virus, productos químicos, plaguicidas y metales pesados. El sistema puede producir 11 356 litros de agua potable al día.
Las evoluciones en el diseño del sistema permiten ahora producir el doble del volumen de agua que los sistemas anteriores con un tercio de la energía. En lugar de depender de tanques de propano para bombear agua, las bombas alimentadas por energía solar bombean agua de las cisternas de agua de lluvia al sistema. La gravedad reduce el consumo energético total, y la energía solar se encarga del resto.
Experiencia global, propiedad local y control
Para abordar realmente los problemas del agua a largo plazo, las comunidades locales deben ser capaces de asumir la propiedad de sus propios sistemas de agua alimentados por energía solar. IHS diseñó el sistema WARP como una plataforma capaz de convertirse en una pequeña empresa administrada y mantenida por la comunidad.
“Instalamos el sistema y volvemos 90 días después para ver cómo va y entregárselo a la comunidad local”, explica Alex. “El objetivo es que las comunidades establezcan un mecanismo para automantenerlo”.
Un residente de Calakmul disfruta de un vaso de agua purificada.
A medida que el ritmo y la gravedad de los fenómenos climáticos aumenten en todo el mundo, cobrará aún mayor importancia empoderar a comunidades de todo el mundo con soluciones que aborden las necesidades humanitarias en la fuente. El sistema WARP no es solo una fuente de agua limpia y buena salud; es una fuente de autosuficiencia.
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