Los sistemas de gestión de la energía solar impulsan la vitivinicultura italiana en Australia
A partir de la incorporación de los sabores, la cultura y los valores del Mediterráneo en Australia, los hermanos Ilario y Dino Michelini transformaron la tradición vitivinicultora de 150 años de su familia para adaptarse al mundo moderno.
Junto con su hijo y sobrino, Kane Michelini de 29 años, los hermanos realizan una fuerte inversión en tecnologías sostenibles para garantizar así la prosperidad a largo plazo de Michelini Wines, empresa concebida por primera vez por su padre hace 40 años.
Procedente de una larga tradición de vitivinicultores en la región de Trentino, en el norte de Italia, Emo Michelini llegó a Australia como parte del auge migratorio que tuvo lugar después de la Segunda Guerra Mundial. Tal como ocurrió con muchos agricultores italianos, comenzó a dedicarse al cultivo del tabaco en Myrtleford, al pie de los Alpes Victorianos. No obstante, llevaba el vino en la sangre. Al observar las similitudes del clima con el de su tierra natal, se enamoró de la región e ideó un plan para lanzar su propia bodega familiar .
Importancia de la sostenibilidad en la vitivinicultura
Al ser una región con un clima fresco y a una distancia de tres horas y media en automóvil desde Melbourne, Myrtleford atraviesa cuatro estaciones distintas: inviernos muy fríos (la ciudad es el punto de ingreso para las zonas nevadas de Victoria), veranos muy calurosos (con temperaturas promedio superiores a los 30 °C en verano), además de otoños y primaveras marcados entre ellos.
Es bien sabido que colocar el vino en sótanos al abrigo de las condiciones climáticas ofrece un excelente almacenamiento. Sin embargo, se entiende menos del importante papel que desempeña una climatización precisa en el proceso completo de producción del vino.
“Es una actividad estacional y demanda un consumo elevado de electricidad”, explica Kane.
El fin del verano marca el comienzo de la vendimia anual de Michelini Wines, es decir, el período de mayor consumo energético.
“Una vez que llega la uva, debemos enfriarla lo más rápido posible”, comenta Kane. “Los refrigeradores funcionan a 8 grados Celsius bajo cero las 24 horas del día, durante 3 a 4 meses”.
Luego, el vino ingresa en una sala de fermentación, donde permanece en reposo a 22 grados Celsius durante 3 meses. Además, hay otros equipos de procesamiento y más sistemas de calefacción y refrigeración en las otras áreas de trabajo y en la puerta de la bodega, una tradicional villa de la Toscana que recibe clientes para degustaciones durante todo el año.
Al ser la tercera generación en unirse a la empresa familiar, Kane considera fundamental adoptar una forma de pensar sostenible para continuar con el legado de su abuelo.
“Tal vez mi generación represente un punto de inflexión, ya que muchas más personas son más sensibles a la sostenibilidad”, sugiere.
Marcar la diferencia con un sistema de gestión de la energía solar
A raíz del incremento en los gastos de hasta $10 000 en su trimestre de mayor actividad y del aumento en los incentivos para productos con neutralidad de carbono en la industria global de la vitivinicultura, la familia decidió analizar la posibilidad de optar por la energía solar en 2021.
“Sin lugar a dudas, es una tendencia que se observa en la industria. Por lo tanto, pensamos que sería bueno adelantarnos y todo se hizo mucho más evidente cuando comenzamos a hacer cálculos”, explica Kane.
A principios de 2021, la familia Michelini comenzó a trabajar con Cameron Walker de KDec, Elite Partner de SunPower, para instalar dos plantas solares de 20,75 kW, una en la bodega y otra en el almacén cercano. Cada uno de ellos incluía:
- 50 paneles monocristalinos SunPower 415W serie P (SPR-P3-415-COM)
- Un inversor Fronius Symo de 20 kW (SYMO 20.0-3)
- Un contador Fronius Smart
El 2021 fue el momento perfecto para que Michelini Wines realizara el cambio, en parte porque lograron obtener una subvención estatal para la eficiencia energética en el sector agrícola, que les permitía acceder a un reembolso del 50 % sobre el coste de instalación inicial.
Tres años antes, la familia había hecho un estudio de viabilidad de un proyecto fotovoltaico y habían observado que los costes eran inasequibles. Además, “la tecnología ha cambiado bastante, no era tan eficiente como lo es ahora”, reflexiona Kane.
Menos de un año después del cambio, las facturas de energía de Michelini Wines se redujeron drásticamente.
“El depósito solía tener un coste de, aproximadamente, $2000 por mes. Hoy en día es de tan solo $120. El consumo de la bodega es de aproximadamente $1200 por mes, cuando antes esta cifra probablemente se acercaba a los $3000”, señala Kane.
Kane prevé que la empresa logre recuperar la inversión en tan solo dos años y medio en lo que respecta al depósito y cinco años para la bodega.
Cameron Walker explica que conseguir beneficios con tanta rapidez es algo común para muchas de las empresas con las que trabaja KDec.
“SunPower quiere que sus productos duren décadas ya que esto forma parte de adoptar una postura ecorresponsable”, explica Walker. “Se trata de hacer lo correcto para los clientes y el planeta”.
Vino italiano sostenible en Australia y en el mundo
La familia Michelini tiene grandes ambiciones para seguir desarrollando su empresa y, en este sentido, la tecnología sostenible les ayuda a lograrlo.
Están enfocados en dar a conocer varietales italianos en Australia y en el resto del mundo. Pinot grigio, prosecco, barbera y sangiovese son sólo algunos de sus varietales galardonados. Kane destaca que, recientemente, el prosecco ha superado al champán como el vino espumoso más popular del mundo.
“En los próximos años, se prevén excelentes oportunidades de crecimiento”, agrega.
“A las familias italianas les encanta la tradición. Por lo tanto, poder continuar con lo que comenzaron nuestros abuelos a partir de lo que uno puede cultivar es muy gratificante”.